Kamala Harris consolidó su posición como la candidata presidencial del Partido Demócrata tras la renuncia de Joe Biden a la reelección. La actual vicepresidente, que se enfrentará a Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre, recibió respaldos cruciales, incluyendo al gobernador de California, Gavin Newsom, y otros cinco gobernadores: Gretchen Whitmer de Michigan, Tim Walz de Minnesota, Tony Evers de Wisconsin, Wes Moore de Maryland y Josh Shapiro de Pensilvania. Whitmer, una figura influyente en el ala progresista del partido, destacó su apoyo por su arraigo en las minorías y la clase obrera. El apoyo más destacado provino de Nancy Pelosi, quien formalizó su respaldo a Harris con un comunicado expresando su orgullo y optimismo por el futuro del país. En solo 24 horas, Harris aseguró 531 delegados de los 3900 necesarios para la convención demócrata del 19 de agosto en Chicago, obteniendo un cuarto de los votos requeridos. Con 1986 votos necesarios para la nominación, Harris ha logrado un avance significativo. Legisladores y gobernadores demócratas también se sumaron a la campaña, con 179 de 263 senadores y 23 gobernadores ya apoyándola. Más de una docena de congresistas hispanos anunciaron su respaldo, y delegados de Tennessee, Carolina del Sur, Carolina del Norte, New Hampshire y Florida se reunieron virtualmente para apoyar su candidatura. Alexandria Ocasio-Cortez fue una de las primeras en apoyar a Harris, afirmando en X que será la próxima presidente de Estados Unidos. Aunque Harris enfrenta el desafío de no haber brillado tanto como se esperaba en su cargo, su apoyo amplio y rápido la posiciona firmemente como la candidata demócrata en los próximos comicios.
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