En un discurso que se convirtió en el más largo de la historia de un presidente estadounidense en el Capitolio, Donald Trump realizó un balance de sus primeras seis semanas de gobierno y expuso sus planes para los próximos años. La alocución, titulada “La renovación del sueño americano”, tuvo una duración de 1 hora y 40 minutos, superando el récord previo de Bill Clinton en el año 2000. El presidente republicano aprovechó su presentación para defender medidas clave de su administración, como los aranceles a las importaciones, su política migratoria y su postura sobre la guerra entre Rusia y Ucrania. “Los aranceles no sólo sirven para proteger los empleos estadounidenses, sino también para proteger el alma de nuestro país”, afirmó Trump, justificando así los impuestos del 25% a las importaciones de México y Canadá, y del 20% a China. Además, anunció la aplicación de “aranceles recíprocos” a partir del 2 de abril contra aquellos países que impongan gravámenes a productos estadounidenses. En el plano migratorio, el mandatario solicitó al Capitolio fondos para ejecutar “la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”. “Los estadounidenses esperan esta financiación sin demoras, para que pueda firmarla y convertirla en ley”, enfatizó. Trump también destacó la reducción de la inmigración ilegal, atribuyéndola a la declaración de emergencia nacional en la frontera sur y el despliegue del ejército y la patrulla fronteriza. Respecto al conflicto entre Rusia y Ucrania, el presidente estadounidense reveló una carta enviada por su par ucraniano, Volodímir Zelenski, en la que manifestaba su disposición a negociar “una paz duradera” bajo el liderazgo de Trump. “Nadie quiere la paz más que los ucranianos”, citó el mandatario. Asimismo, mencionó que su administración ha sostenido conversaciones con Rusia y ha recibido “fuertes señales” de que también están dispuestos a la paz. “Se trata de una guerra sin sentido”, concluyó. El extenso discurso de Trump, seguido de cerca por la opinión pública y los analistas políticos, dejó en claro las prioridades de su gobierno y marcó el tono de su relación con el Congreso en los próximos años.
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