El presidente Javier Milei logró lo que el Partido Justicialista no pudo en más de un año: unificar al peronismo en defensa del gobernador Axel Kicillof. La reciente amenaza de intervención de la provincia de Buenos Aires y el pedido de renuncia al mandatario bonaerense generaron un cierre de filas entre diversos sectores del justicialismo y otros espacios políticos. En los últimos días, la interna entre el kirchnerismo duro y Kicillof pasó a un segundo plano. Incluso las tensiones derivadas del lanzamiento de Derecho al Futuro, el nuevo espacio político impulsado por el gobernador, quedaron en suspenso. No obstante, aún falta que Cristina Fernández y Kicillof reanuden el diálogo, algo en lo que ya trabajan dirigentes de ambos sectores. Uno de los puntos de mayor controversia entre ambos dirigentes es la fecha de las elecciones en la provincia. Mientras la expresidente impulsa que coincidan con las nacionales, el entorno de Kicillof evalúa desdoblar los comicios para provincializar el debate. Sin embargo, el costo económico de esa estrategia y la posibilidad de capitalizar la polarización con Milei mantienen en duda la decisión. En paralelo, la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia parece un hecho. El proyecto que se discutirá en la Legislatura en las próximas semanas es impulsado por el diputado Rubén Eslaiman, del massismo, y cuenta con el respaldo del Ejecutivo provincial. La ofensiva de Milei no sólo provocó la unidad del peronismo sino que, según analizan en la gobernación, fortaleció a Kicillof. En el oficialismo bonaerense consideran que la amenaza de intervención y el cuestionamiento a la gestión del gobernador fueron mal recibidos por el electorado. Desde la Casa Rosada, el presidente negó haber amenazado con intervenir la provincia, pero en sus redes sociales había manifestado: “Si verdaderamente él está preocupado por los bonaerenses, se tiene que correr. Renuncie y déjenos intervenir la Provincia. En un año terminamos con la violencia”. Ante estos ataques, dirigentes de todo el peronismo, incluso del ala más enfrentada con Kicillof, salieron a respaldarlo. Máximo Kirchner, líder del PJ bonaerense, expresó su apoyo al gobernador, mientras que a nivel nacional el partido, presidido por Cristina Fernández, hizo lo propio. Algunos sostienen que la embestida de Milei buscó desviar la atención del escándalo de la criptomoneda Libra y capitalizar el malestar por la inseguridad en la provincia.
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