El Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires atraviesa una encrucijada política en medio de presiones electorales. Con el kirchnerismo duro enfrentado al gobernador Axel Kicillof, las disputas internas amenazan con debilitar al peronismo en su principal bastión electoral. Kicillof, quien busca mantener su autonomía, decidió esperar la definición sobre la eliminación de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en el Congreso antes de decidir si desdobla las elecciones provinciales de las nacionales. Esta postura generó tensiones con sectores del Frente de Todos, especialmente con Sergio Massa, quien urgió a definir alianzas y reglas electorales antes de fines de febrero. Durante una reunión en Pinamar con 18 intendentes bonaerenses del Frente Renovador, Massa enfatizó la necesidad de evitar disputas públicas internas y priorizar el fortalecimiento del espacio en la provincia. Los intendentes expresaron preocupaciones sobre la inseguridad, el malestar del sector agropecuario y la caída de la inversión nacional, problemas que buscan abordar como parte de una agenda de gestión renovadora. El avance de La Libertad Avanza en el territorio bonaerense representa una amenaza creciente para el peronismo. Karina Milei, hermana del presidente Javier Milei, surge como una posible candidata de peso, poniendo en riesgo la hegemonía histórica del PJ en la provincia. Mientras Cristina Fernández apuesta a una estrategia de polarización con Milei, incluso a riesgo de perder en las elecciones de medio término, Kicillof insiste en provincializar la agenda y concentrarse exclusivamente en la provincia de Buenos Aires. Esta divergencia estratégica profundiza las diferencias entre el gobernador y el kirchnerismo duro. Andrés “Cuervo” Larroque, referente del kirchnerismo, expresó su descontento con la falta de definiciones: “Tener contradicciones de manera indefinida es suicida. Tenemos que ordenarnos”, afirmó, señalando la necesidad de consolidar liderazgos ganadores y respaldar a Kicillof. Además, cuestionó la distancia que el gobernador toma de Cristina Fernández, advirtiendo sobre las consecuencias de las divisiones internas. Con un panorama electoral incierto, las tensiones internas y las diferencias estratégicas plantean grandes desafíos para el peronismo bonaerense. El desenlace dependerá de la capacidad del partido para superar sus contradicciones y definir un plan que le permita retener su posición dominante en el principal distrito electoral del país.
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