En un contexto de creciente tensión, el presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió que podría atacar los centros de poder en Kiev utilizando su misil hipersónico “Oreshnik”, recientemente probado. Estas declaraciones surgen tras una serie de bombardeos masivos de Rusia contra Ucrania, que Moscú calificó como una “respuesta” al uso de misiles estadounidenses ATACMS por parte de las fuerzas ucranianas. Durante una rueda de prensa transmitida desde Kazajistán, donde participó en una cumbre regional, Putin afirmó: “No descartamos utilizar Oreshnik contra objetivos militares, instalaciones industriales o centros de toma de decisiones, incluso en Kiev”. Este misil balístico de alcance medio, con capacidad nuclear y un rango de hasta 5500 km, es capaz de alcanzar objetivos en Europa e incluso en la costa oeste de Estados Unidos si se lanzara desde el extremo oriente ruso, destacó el mandatario. La ofensiva rusa de las últimas horas dejó a más de un millón de ucranianos sin electricidad, tras el impacto en infraestructuras energéticas clave. Según la fuerza aérea ucraniana, se interceptaron 79 de los 91 misiles lanzados por Rusia, así como 35 de los 97 drones explosivos. Sin embargo, los daños han sido significativos, provocando cortes de energía en todo el país. Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, acusó a Moscú de emplear bombas de racimo contra las infraestructuras, dificultando las labores de reparación y poniendo en riesgo a los equipos de rescate. El mandatario renovó su pedido de apoyo a sus aliados, solicitando el envío urgente de sistemas de defensa antiaérea para contrarrestar los ataques. En su discurso, Putin también destacó que Rusia está incrementando la producción en serie del misil Oreshnik y afirmó que el país fabrica más misiles que todos los países de la OTAN combinados, con planes de aumentar aún más su capacidad. Además, el presidente aseguró conocer la cantidad y ubicación de los misiles ATACMS y Storm Shadow en manos de Ucrania. Los ataques rusos contra la red energética de Ucrania se han intensificado con la llegada del invierno, una estrategia ya observada desde el inicio de la invasión en febrero de 2022. Analistas advierten que este patrón busca debilitar la resistencia ucraniana en una época crucial del año, afectando a millones de civiles.
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