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Alemania se prepara para elecciones legislativas anticipadas el próximo 23 de febrero, una decisión que sigue a la disolución del gobierno de coalición liderado por el canciller socialdemócrata Olaf Scholz. La ruptura, causada por profundos desacuerdos sobre la política económica, llega en un contexto de crecimiento de la ultraderecha, lo que plantea un panorama político complejo y cargado de incertidumbre para el país europeo. La fecha de las elecciones fue acordada entre el SPD, partido del canciller, y la principal oposición conservadora, CDU/CSU, que encabeza los sondeos y se perfila como favorita para volver al poder. La decisión se hizo oficial este martes y fue confirmada por el líder del Partido Liberal (FDP), Christian Lindner, quien fue destituido como ministro de Finanzas la semana pasada, hecho que detonó la disolución de la coalición entre socialdemócratas, ecologistas y liberales. Antes de los comicios, Scholz planea presentar una moción de confianza el 16 de diciembre en la Bundestag, donde ya no cuenta con la mayoría necesaria para gobernar. De no obtener respaldo, el canciller podría verse obligado a disolver el Parlamento y consolidar el camino hacia las elecciones anticipadas. Originalmente, Scholz había considerado realizar la moción en enero y programar los comicios para marzo, pero las presiones internas y externas aceleraron el calendario. Esta crisis política impacta a la mayor economía de Europa en un momento especialmente delicado, con problemas en su sector industrial y preocupaciones sobre los efectos de un posible regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en su comercio y seguridad. La caída de la coalición, que gobernaba desde 2021, deja al país en una situación inédita y se traduce en una oportunidad clave para el líder de la CDU, Friedrich Merz, quien podría cumplir su ambición de ocupar la cancillería. Las encuestas reflejan una ventaja clara para los conservadores, con un apoyo superior al 30% de los votos. Sin embargo, la conformación de una coalición de gobierno tras las elecciones podría ser complicada, ya que la CDU/CSU ha descartado posibles alianzas con Alternativa para Alemania (AfD), el partido de extrema derecha que ocupa la segunda posición en intención de voto, con un 19,5%. A pesar de la debilidad de su posición, Scholz expresó su intención de liderar la campaña del SPD, en un esfuerzo por recuperar la confianza de los votantes. 

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