El Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló cargos penales en torno a un plan presuntamente orquestado por un alto funcionario de la Guardia Revolucionaria de Irán para asesinar al presidente electo Donald Trump. Según los documentos presentados en un tribunal federal de Manhattan, Farjad Shakeri, vinculado al régimen iraní, habría recibido instrucciones en septiembre para formular un plan que incluyera una fase de vigilancia detallada y, posteriormente, un intento de ataque contra Trump. En un comunicado, el Departamento de Justicia confirmó que Shakeri tenía hasta el 7 de octubre para presentar el plan. En caso de que no lograra concretarlo, el funcionario iraní ordenó posponer el ataque hasta después de las elecciones, pues creía que Trump perdería y el atentado sería más sencillo. Además, las autoridades estadounidenses detuvieron a Carlisle Rivera y Jonathon Loadholt, ciudadanos estadounidenses de 49 y 36 años, respectivamente, bajo cargos de colaborar con el régimen iraní en tareas de vigilancia a un ciudadano estadounidense de origen iraní. Ambos fueron arrestados en Nueva York y comparecieron ante el tribunal el jueves, según informó el Departamento de Justicia. Los abogados defensores se negaron a emitir comentarios. Christopher Wray, director del FBI, se pronunció al respecto, calificando los cargos como una muestra de los “intentos continuos y descarados de Irán de atentar contra ciudadanos estadounidenses, incluyendo al presidente electo Donald Trump”. Wray añadió que el gobierno iraní estaría “conspirando con criminales y asesinos a sueldo para atacar a estadounidenses en su propio territorio, una conducta que no será tolerada”. La tensión entre Estados Unidos e Irán continúa incrementándose en torno a la muerte del general Qasem Soleimani en 2020, un alto mando de la Guardia Revolucionaria, asesinado en un ataque con drones ordenado por Trump. Según analistas, el intento de atentar contra el expresidente podría ser una represalia del régimen iraní por la operación militar.
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