Los abogados de Cristina Fernández, insisten en afirmar que “no es amiga de Lázaro Báez”, en una clara maniobra que intenta desligarla del empresario que fue condenado a 12 años de prisión en el marco de la Ruta del Dinero K. La vicepresidente, recibió la noticia en Santa Cruz, la misma provincia que vio nacer el emporio de empresas de Báez, el hombre que se definió en varias oportunidades como un “amigo” de Néstor Kirchner. La ex mandataria cultivó un extremo bajo perfil: no habló del escándalo de las vacunas VIP y le ordenó a buena parte de sus dirigentes más estrechos que no se refieran a la cuestión. Ahora, su entorno, le resta importancia a la condena de Báez e intentan separar a la Vicepresidente del asunto. Lo hacen a pesar de que la pena para Báez podría representar un golpe para la Vicepresidente debido al delito precedente. En otras palabras, el Tribunal Oral Federal 4 vinculó a la funcionaria con la matriz del caso: sospechan que parte del dinero que se lavó provenía de los delitos espurios del empresario durante los años de CFK en el poder con contratos millonarios de obra pública. “La condena a Báez no es un tema de interés para nuestra agenda en lo que tiene que ver con la defensa de Cristina Fernández porque todas sus causas judiciales son nulas de toda nulidad”, reiteran. El empresario fue acusado de lavar alrededor de US$60 millones entre 2010 y 2013. La Justicia entiende que buena parte de ese dinero provino de los contratos de obra pública con los que fue beneficiado durante el kirchnerismo. Según dicen sus allegados, Cristina Fernández sigue de cerca la sesión preparatoria en la que se renovarán las autoridades del Senado. Más tarde, se tratarán el Consenso Fiscal 2020 y el proyecto que impulsa beneficios impositivos y un blanqueo de fondos para la construcción privada, además de otorgar luz verde al proyecto para otorgar un resarcimiento único a las familias de los tripulantes del submarino ARA San Juan.
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