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El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo se ubicó en el 1,5%, el registro mensual más bajo en cinco años, consolidando una tendencia de desaceleración que también se vio reflejada en los precios mayoristas, que registraron una deflación del 0,3%. El dato alimenta el debate entre analistas sobre si la inflación entró en una fase de caída sostenible o si aún quedan presiones que podrían generar un rebote en los próximos meses. Desde IEB (Invertir en Bolsa) señalaron que, en una economía bimonetaria como la argentina, el éxito en el combate contra la inflación no depende únicamente del equilibrio del mercado de pesos, sino también de la estabilidad cambiaria. En ese sentido, destacaron que la transición hacia un esquema de bandas cambiarias con baja volatilidad, sumada a la salida del cepo sin sobresaltos, ofrece un marco propicio para consolidar el sendero desinflacionario. Sin embargo, advierten que aún resta ajustar los precios relativos, una tarea que podría ponerle un piso a la baja de la inflación. Un ejemplo de este desajuste se refleja en la disparidad entre bienes y servicios: mientras los precios de los bienes subieron apenas 0,9% en mayo, los servicios lo hicieron en un 2,7%. Esta diferencia alimenta la percepción de que el dinero no alcanza, especialmente cuando se trata de gastos cotidianos. Según GMA Capital, para completar el proceso de recomposición de precios relativos, los bienes y servicios regulados aún deben incrementarse 21 puntos porcentuales por encima del IPC general. Este proceso ya está en marcha y se intensificará con subas mensuales anunciadas para electricidad y gas (2,6%), y ajustes bimestrales en transporte que superan el ritmo de inflación. No obstante, el panorama de corto plazo no anticipa sobresaltos. Los analistas de Grupo SBS consideran que, salvo un deterioro marcado en las expectativas cambiarias o una fuerte suba de los dólares paralelos, junio también podría mostrar una desaceleración inflacionaria, incluso en un contexto de aumentos en precios regulados. Por su parte, desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) señalan que los servicios no regulados ya tienen poco margen para seguir subiendo, mientras que los regulados aún cuentan con espacio. Al comparar con 2019 cuando los precios relativos mostraban mayor alineamiento, se observa que los servicios regulados representaban entonces el 18,1% de la canasta del IPC, mientras que hoy pesan 15,2%. De todos modos, PPI no espera grandes correcciones en estos rubros en el corto plazo, especialmente en la previa electoral, ya que el Gobierno buscaría sostener la desinflación como carta de presentación en los próximos comicios.

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