El estado de Santa Catarina, en el sur de Brasil, atraviesa una grave crisis climática debido a lluvias torrenciales que provocaron inundaciones, deslizamientos de tierra y anegamientos en diversas zonas. La ciudad de Florianópolis, capital del estado, declaró el estado de emergencia tras registrar acumulaciones de hasta 300 milímetros de agua en algunos puntos. La situación afecta no sólo a los habitantes locales, sino también a miles de turistas que eligieron este destino durante la temporada alta. Florianópolis, conocida por sus playas paradisíacas, habilitó refugios temporales para asistir a las familias damnificadas, mientras que las autoridades pidieron a la población que permanezca en sus hogares para evitar riesgos. Hasta el momento, al menos 180 personas fueron rescatadas en las zonas más afectadas. En la capital y en municipios como Camboriú, las lluvias causaron 23 derrumbes de muros, 18 deslizamientos de tierra y numerosos daños en la vía pública, como caídas de árboles y vehículos arrastrados por las corrientes. Las autoridades locales informaron que dos personas resultaron heridas, cinco quedaron sin hogar y 38 debieron ser evacuadas. Videos difundidos en redes sociales muestran la magnitud del desastre, con calles convertidas en ríos y autos flotando. Según el Instituto Nacional de Meteorología (INMET), las lluvias persistirán en la región durante las próximas horas, con riesgo de agravarse en localidades como Bombinhas, Itapema, Tijucas y Penha. La Defensa Civil advirtió sobre posibles nuevos deslizamientos de tierra debido a la saturación del suelo, especialmente en Camboriú, Gran Florianópolis, Tijucas e Itajaí. El gobernador de Santa Catarina, Jorginho Mello, aseguró que su equipo está en alerta permanente y monitoreando la situación. Mientras tanto, se intensifican las labores de rescate y asistencia a los afectados, en un esfuerzo por mitigar los efectos de este fenómeno climático que mantiene en vilo a toda la región.
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