El fin de semana fue un escenario de intensa actividad para Mauricio Macri. Desde Cumelén, su refugio patagónico, el exmandatario mantuvo conversaciones con dirigentes del PRO, un espacio político que atraviesa momentos críticos mientras lidia con la creciente presión de Javier Milei y su partido La Libertad Avanza (LLA). Los movimientos recientes dentro del PRO evidencian un clima de desconfianza y fracturas latentes. Según fuentes cercanas, Macri ha comenzado a percibir fisuras en la unidad partidaria, catalizadas por el ultimátum de Milei: “o vamos juntos en todo o vamos separados”. Este escenario aceleró definiciones estratégicas, como la decisión del senador Luis Juez de aliarse con LLA en Córdoba, marcando un distanciamiento claro de la conducción macrista. Un reciente estudio de la consultora Aresco, dirigido por Federico Aurelio, muestra un panorama electoral polarizado. Una posible alianza entre Milei, Macri y Patricia Bullrich podría alcanzar entre el 46,8% y el 51,8% de intención de voto, superando al peronismo, que obtendría entre el 33% y el 35,5%. Sin embargo, en caso de fragmentación, Milei lideraría con 11 puntos de ventaja sobre el peronismo, mientras que el PRO, con lista propia, apenas alcanzaría entre el 6,4% y el 7%. Estos números reflejan una pérdida de representación y apoyo popular para el PRO, profundizando la crisis interna. Dirigentes clave como Rogelio Frigerio y Nacho Torres ya anunciaron que negociarán las listas de sus provincias de forma autónoma, debilitando aún más la influencia central del espacio. El enfoque de Macri en mantener el control de la Ciudad de Buenos Aires generó malestar entre sus aliados, quienes lo acusan de priorizar intereses porteños sobre una estrategia nacional. En palabras de un dirigente cercano, “nos estamos convirtiendo otra vez en un partido porteño”, evidenciando el descontento interno. Mientras tanto, el ultimátum de Milei pone en jaque al exmandatario, exigiendo concesiones en la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, distritos clave para el PRO. “Si no acepta un acuerdo y cede en el AMBA, se va a quedar sin nada”, aseguró una fuente vinculada a ambos dirigentes.
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