Mauro Icardi se presentó esta semana en Tribunales para participar de una entrevista interdisciplinaria en el marco de su conflictivo divorcio con Wanda Nara. Acompañado por sus abogadas, Lara Piro y Elba Marcovecchio, el futbolista del Galatasaray protagonizó una entrada accidentada al recinto, al intentar ingresar por una puerta incorrecta antes de encontrar el acceso correcto al departamento interdisciplinario forense. El procedimiento tiene como objetivo definir aspectos clave del divorcio, incluyendo el futuro de las dos hijas menores del matrimonio. Según el periodista Rodrigo Alegre, existen cuatro litigios en disputa: el divorcio, la exclusión del hogar que Icardi ocupa en el Chateau Libertador, la cuota alimentaria y la competencia territorial, aún por decidir entre la Provincia de Buenos Aires y la Capital Federal. En el foco de las pericias está el “centro de vida” de las niñas. Wanda Nara sostiene que no está de acuerdo con que las pequeñas vivan con su padre, mientras que Icardi objeta que residan con su madre en Argentina debido a la relación de esta con el cantante L-Gante, quien cuenta con antecedentes judiciales y es conocido por su consumo de marihuana. El conflicto escaló en los últimos días cuando se conoció que Icardi estaría “atrincherado” en una propiedad de Nordelta que Wanda le cedió temporalmente a su llegada al país. En medio de los rumores sobre un posible desalojo, el futbolista publicó en sus redes sociales una foto disfrutando del jardín de la casa, con un mate en mano, acompañada de un provocador mensaje: “La paz tiene aroma a yerba”, junto a emojis que insinuaban tranquilidad e ironía. Mientras la batalla legal avanza, el divorcio entre Wanda Nara y Mauro Icardi no deja de sumar capítulos mediáticos, alimentando la atención pública sobre un conflicto que combina amor, poder y controversias judiciales.
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