La relación entre el Gobierno y el PRO continúa tensa, en medio de desacuerdos sobre la eliminación de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). En un contexto donde el oficialismo ve el recorte de estas elecciones como necesario, el PRO, liderado por el expresidente Mauricio Macri, sostiene que su eliminación a pocos meses de las elecciones podría ser un movimiento inapropiado. Un alto funcionario del Gobierno afirmó que, si las PASO se mantienen, el oficialismo competirá contra el PRO en 2025. “Si las mantienen, vamos a competir contra ellos en 2025”, declaró una fuente de Casa Rosada, descartando la posibilidad de un acuerdo que incluya a las PASO. No obstante, el PRO se mostró firme en su postura de que no es el momento para este tipo de discusiones. “Tienen tiempo para pensar en cosas que no son importantes ahora. Ya habrá momento para eso”, comentó una fuente de la Ciudad, en alusión a lo que consideran un desvío de los temas prioritarios. La idea de eliminar las PASO fue impulsada por el Ejecutivo desde mediados de año, en un intento de optimizar los recursos y reducir el financiamiento a los partidos políticos. Sin embargo, sectores del PRO defienden las PASO como una herramienta de legitimación democrática que permite un proceso transparente de selección de candidatos. Además, consideran que la eliminación de las PASO podría aumentar la fragmentación y los conflictos internos en su espacio. La posibilidad de una alianza entre el oficialismo y el PRO en la Ciudad de Buenos Aires y en la provincia se debilita cada vez más, según fuentes cercanas al partido amarillo. Gobernadores e intendentes del PRO consideran que el libertario Javier Milei, alineado con el Gobierno en ciertos aspectos, no responde a sus demandas ni respeta los acuerdos previos. En este contexto de crecientes tensiones, Mauricio Macri convocó a la mesa chica del PRO para definir la estrategia del partido frente a la Ley de Decretos impulsada por el oficialismo. El PRO planea exigir al Gobierno el tratamiento de la Ley de Democratización Sindical y una sesión especial para aprobar la Ley de Ficha Limpia. A pesar de estos gestos de cooperación, fuentes dentro del PRO admitieron su malestar por lo que consideran una colaboración “forzada” con el Gobierno. “Ayudamos al Gobierno porque si no el país estaría trabado. La parálisis no es buena para una gestión que no tiene números en el Poder Legislativo. Por eso nos aguantamos el mal trago”, confesó una fuente partidaria.
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