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El Tribunal Oral en lo Criminal N°29 de la Ciudad de Buenos Aires reveló los fundamentos de la sentencia que condenó al exgobernador de Tucumán, José Alperovich, a 16 años de prisión por abuso sexual. El fallo fue emitido dos meses después de que fuera hallado culpable por los delitos cometidos contra su sobrina, quien lo denunció por múltiples hechos de abuso entre 2017 y 2018 en Buenos Aires y Tucumán. El juez Juan Ramos Padilla, a cargo de la causa, detalló las pruebas que incriminan a Alperovich, quien fue condenado por abuso sexual reiterado en tres oportunidades, dos intentos de abuso y seis casos con acceso carnal, todos bajo intimidación y aprovechándose de una relación de dependencia y poder sobre la víctima. Actualmente, el exsenador se encuentra recluido en el penal de Ezeiza, en un pabellón destinado a abusadores sexuales. La defensa de Alperovich intentó apelar la prisión preventiva, pero la Cámara de Casación rechazó la solicitud. Posteriormente, su abogado presentó un recurso extraordinario ante la Corte Suprema de Justicia, aún en trámite. En el fallo, Ramos Padilla resaltó el valor del testimonio de la denunciante, respaldado por pruebas forenses, psicológicas y múltiples testimonios que le dieron “un sustento probatorio contundente”. El magistrado también destacó las circunstancias en las que ocurrieron los delitos, en un contexto de abuso de poder y vulnerabilidad de la víctima, que fue degradada física y psicológicamente. Uno de los episodios más graves se produjo en la casa de Alperovich en Tucumán, donde, tras uno de los abusos, la víctima acudió al día siguiente a su ginecóloga, quien constató secuelas físicas compatibles con el ataque. Los abusos también se cometieron en el vehículo de Alperovich, en presencia de personas cercanas a él, lo que reflejaba el control y la impunidad con la que actuaba. El juez subrayó el “desequilibrio de poder” entre el acusado y la víctima, refutando los intentos de la defensa por desacreditarla, y calificó su relato como detallado, preciso y sin motivaciones espurias. Además, describió cómo Alperovich degradaba a la víctima física y psicológicamente, mientras intentaba hacerle creer que dependía de él para su bienestar. En cuanto a los testigos presentados por la defensa, algunos fueron denunciados por falso testimonio, y sus declaraciones terminaron por reforzar los hechos denunciados. La sentencia también destacó las secuelas físicas y psicológicas sufridas por la víctima, como pérdida de peso, caída de cabello y angustia extrema. Ramos Padilla concluyó que Alperovich utilizó su posición de poder como exgobernador y senador para manipular y abusar de la víctima, agravando su condena por la conducta exhibida antes y durante el juicio, en la que intentó evitar el proceso judicial e incluso culpó a la denunciante de formar parte de un complot en su contra.

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