La actividad económica de Argentina mostró señales de recuperación en mayo, al registrar un crecimiento del 2,3%, después de seis meses consecutivos de caídas, según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este repunte fue impulsado principalmente por el sector agropecuario y el energético. El sector agropecuario experimentó un aumento del 103% en la medición interanual, lo que fue el principal motor detrás del crecimiento de mayo. El economista Martín Polo de Cohen destacó que “el dato de mayo fue bueno porque entraron de lleno los indicadores de la cosecha, que tuvo una incidencia muy alta, y energía, que viene con una buena performance”. Sin embargo, no todos los sectores económicos mostraron mejoras. La construcción y la industria continuaron en números rojos, con caídas del -22,1% y -14,2%, respectivamente. Esta disparidad genera preocupación sobre la sostenibilidad del crecimiento económico en los próximos meses. “La actividad la va a seguir teniendo complicada en una situación en la cual el consumo sigue sin repuntar, la inversión tampoco despega y las exportaciones seguramente también van a moderar el dinamismo”, advirtió Polo. Además, enfatizó la necesidad de una serie de mejoras para motorizar la economía, como la salida del cepo cambiario sin impactar en la inflación, la reducción de la inflación, la recuperación de los salarios reales y el aumento del empleo. La consultora LCG coincidió en la importancia de estabilizar variables clave para consolidar la recuperación económica: “Entendemos que la incertidumbre respecto al programa económico y a la política cambiaria todavía pesará sobre la decisión de inversión de las empresas. Por otra parte, la recuperación del salario real podrá traccionar algo de consumo en lo inmediato, pero será en el margen”, explicaron. El economista jefe de la Fundación Libertad y Progreso, Eugenio Marí, añadió que para superar el estancamiento económico es crucial estabilizar la situación monetaria, reducir la brecha cambiaria y avanzar hacia la unificación del mercado de cambios. “Esto es fundamental para aprovechar el potencial de ingreso de inversiones de la mano del RIGI, y dar un impulso a la actividad en la segunda mitad del año”, afirmó Marí.
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