Tras su regreso de una gira por Israel, Italia y el Vaticano, Javier Milei tiene como objetivo principal reajustar la relación con los gobernadores. Desde el inicio de su mandato, esta relación ha sido compleja debido a su decisión de recortar la coparticipación y las transferencias discrecionales, pero se deterioró aún más durante la fallida votación por la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados. Recientemente, Milei acusó de “traidores” a los mandatarios provinciales y los catalogó como parte de la “casta política”, que, según su narrativa, se opone a la política de cambio que busca implementar su administración. Ahora, con el capítulo de la Ley Bases cerrado por el momento, el objetivo es restablecer un canal de diálogo con las provincias. A pesar de la necesidad del Ejecutivo de lograr esto, ni Milei ni su gabinete muestran disposición para negociar su rumbo político. El ministro del Interior, Guillermo Francos, expresó: “Entendemos la compleja situación de los gobernadores en las provincias, similar a la del presidente administrando la nación. El presidente ha definido sus gastos y cómo gobernará, y creo que los gobiernos provinciales deben hacer lo mismo: ajustar las cuentas y administrar con lo disponible, sin depender de la emisión de moneda falsa o el endeudamiento”. Francos también destacó que, aunque existen posibilidades de diálogo con los gobernadores, es fundamental entender que el presidente Milei no recurrirá a la emisión de dinero o a la generación de más moneda falsa. Esto quedó claro luego de que la Ley “Bases” no recibiera el respaldo de los mandatarios provinciales. Además, señaló que la eliminación del subsidio al transporte por parte del Fondo Compensador del Interior ya estaba decidida previamente. Uno de los gobernadores en la mira del gobierno es Martín Llaryora, de Córdoba, quien asistió al cierre del Festival Internacional de Peñas en Villa María y anunció inversiones en obras de pavimentación. Llaryora enfatizó la importancia de seguir impulsando la obra pública para mejorar la calidad de vida de la gente, en contraposición a la postura del Gobierno. El mandatario subrayó la necesidad de unidad en tiempos de crisis y afirmó su disposición al diálogo y al consenso, aunque dejó en claro que no está dispuesto a que el interior del país se vea perjudicado. Su discurso y acciones contrastan con los del Gobierno central, ya que enfatiza “la importancia de generar empleo y defender a los productores locales”.
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