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El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, recibió serias amenazas para él y su familia, luego de anunciar medidas significativas en relación con la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero. Entre ellas, la restitución de pabellones de alto perfil destinados a jefes narcos y sicarios, así como la suspensión del ingreso de alimentos por parte de familiares a las cárceles, según informó la Gobernación local. Durante esta jornada, se llevó a cabo una operación destacada para reubicar a los reclusos de alto perfil, según explicó el mandatario en referencia a esta unidad cercana a Rosario. Pullaro destacó que esta medida permitirá un mayor control sobre los reclusos de alto perfil con el objetivo de prevenir la comisión de delitos desde el interior de las cárceles. Los reclusos en pabellones de estas características serán monitoreados las 24 horas y podrán comunicarse con sus familiares y abogados a través de un blindex. Estas acciones forman parte de las reformas en seguridad pública y control penitenciario destinadas a reducir la incidencia de delitos desde las prisiones, especialmente en la creciente problemática en Rosario. El gobernador también anunció la reinstalación permanente de inhibidores de señal telefónica móvil y la suspensión del ingreso de alimentos a las cárceles, como respuesta a la entrada de elementos prohibidos, como teléfonos celulares. El mandatario insistió en la necesidad de discutir con el Poder Judicial sobre el cumplimiento de las penas y expresó la intención de retomar la práctica de proporcionar cuatro comidas diarias a los reclusos, con el fin de evitar la necesidad de recibir alimentos desde fuera de la prisión, una iniciativa que ya implementó durante su periodo como ministro de Seguridad entre 2015 y 2019, según comunicó la Gobernación santafesina.

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