Durante el fin de semana, cientos de miles de personas se unieron a las protestas convocadas por fuerzas de la derecha en toda España en rechazo a la amnistía prometida a los independentistas catalanes por Pedro Sánchez. Esta concesión fue realizada como contrapartida al respaldo de los independentistas a la investidura de Sánchez como presidente del Gobierno para los próximos cuatro años. Durante la concentración en Madrid, Alberto Núñez Feijóo, líder del conservador Partido Popular (PP), expresó su confianza en la victoria en esta “batalla”. Las concentraciones, convocadas por los conservadores en las capitales de todas las provincias españolas, contaron también con la participación del partido de extrema derecha Vox. Una parte significativa de la sociedad española percibe la amnistía como un ataque al Estado de derecho, siendo esta medida el resultado de la crisis política generada por el intento de secesión de Cataluña en 2017. En las manifestaciones, los participantes exigieron la convocatoria de nuevas elecciones y llamaron a una huelga general. Manifestaron su rechazo a la amnistía bajo el lema “no a la amnistía”, respaldado por el Partido Popular, la principal fuerza de la oposición de derecha. Alberto Núñez Feijóo afirmó que no cesarán en sus protestas hasta que se convoquen nuevas elecciones. En Madrid, alrededor de 80.000 manifestantes, según la delegación del gobierno, se congregaron en la céntrica plaza de la Puerta del Sol y sus alrededores. Las consignas coreadas incluyeron expresiones como “Pedro Sánchez dimisión”, y las pancartas exhibían mensajes como “No más desigualdad regional” o “Sánchez rompe la nación y crea crispación”. A pesar de haber quedado en segundo lugar en las elecciones legislativas de julio, Pedro Sánchez aseguró su investidura para liderar un nuevo gobierno gracias al respaldo de varios grupos regionales y los siete diputados de la formación independentista catalana de Carles Puigdemont. Este respaldo fue otorgado a cambio de una ley de amnistía para los independentistas procesados, principalmente por los eventos de 2017, y la apertura de negociaciones sobre el “reconocimiento de Cataluña como nación”. El partido de extrema derecha Vox se sumó a las protestas lideradas por el PP antes de participar en manifestaciones frente a las sedes del Partido Socialista Español (PSOE) en todo el país. Santiago Abascal, líder de Vox, acusó a Sánchez de llevar a cabo “un golpe de Estado” y expresó su respaldo a una huelga para paralizar el país.
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