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Debido al aumento de pacientes internados con COVID-19 en los hospitales del conurbano bonaerense, el consumo de oxígeno medicinal se elevó un 300%. Esto se debe a que uno de los principales recursos usados en el tratamiento y manejo clínico de las complicaciones que presentan los enfermos es ese gas enriquecido. Por esa razón, en los principales centros de salud se está reforzando el suministro oxígeno a instancias del Ministerio de Salud y de los intendentes que observan con preocupación la merma de ese recurso esencial. El pasado viernes el gobernador Axel Kicillof y Alberto Fernández se reunieron durante dos horas y media. El encuentro fuera de agenda fue motivado por un combo explosivo: aumento de casos registrados de Coronavirus; una cifra récord de fallecidos y el informe que recibió el mandatario bonaerense que ponía en números el vaticinado “tsunami”, la saturación en el sistema de salud, que llegaba al extremo de no tener camas para atender los casos más graves en algunos centros de referencia y distritos con menor capacidad sanitaria. La atención de Kicillof y Fernández está puesta sobre todo en el segundo y tercer cordón del conurbano. Además de tratarse de municipios muy poblados, allí el sistema sanitario dista mucho de ser robusto, hay una concentración importante de pobreza e indigencia y se debió reforzar la entrega de bolsones de alimentos. En el segundo cordón, hay distritos como Ituzaingó donde quedaban apenas 2 de las 29 camas UTI disponibles. Para evitar una tragedia por falta de camas y oxígeno, Kicillof, junto a Daniel Gollan, su ministro de Salud, ya comenzó a reforzar la reserva de oxígeno medicinal en los principales centros asistenciales. En Ensenada, el fin de semana último se terminó de instalar una planta móvil de producción de oxígeno “para abastecer a los hospitales, que sufren una alta demanda en estos momentos críticos y evitar que los bonaerenses se queden sin ese recurso vital, tal como sucedió en distintos países de Europa y de la región”, opinó Gollan. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que alrededor de uno de cada cinco enfermos de COVID-19 requiere oxígeno a concentraciones mayores que las que se encuentran en el ambiente. “La planta móvil instalada en Ensenada es un sistema generador de oxígeno diseñado de forma específica para ser trasladado de urgencia a la institución que lo demande para asegurar la provisión de ese recurso”, explicó Gollan. 

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