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Conocido el peor dato de inflación en 18 meses, el 4,8% en marzo, la petrolera estatal YPF ratificó la suba programada para abril y aumentó un 6% los precios de sus combustibles en todo el país. El incremento le pone un piso a la desaceleración inflacionaria que el Gobierno proyecta para abril. La suba de las naftas impactará en la inflación de la segunda mitad del mes no solamente por su influencia directa sino por sus efectos de segunda ronda. Es decir, por el encarecimiento que produce en el transporte de otras mercaderías. El aumento de YPF, que será seguida por el resto de las petroleras, no sería el único en este mes, ya que en la última parte de abril el Gobierno hará un incremento sobre los impuestos que se pagan por los combustibles líquidos. Según los cálculos oficiales, esa suba tiene un impacto directo de 2,6% sobre el precio en surtidor de las naftas y de 1,9% en el caso del gasoil. El mes pasado, los precios regulados avanzaron 4,5% por aumentos en educación (+28%), naftas (+3,5%) y prepagas (+3,5%), según detalló el economista Fernando Marull. Ese efecto, junto con el alza de 7,2% en ítems estacionales llevaron a la escalada de la inflación en marzo. El ministro de Economía Martín Guzmán, afirmó que el dato del mes pasado fue el más alto del año y se mostró confiado en una desaceleración hacia adelante. Los privados coinciden en que abril dará una inflación más baja que marzo pero el aumento de nafta y los incrementos en tarifas le ponen un piso a esa mejora. “El Gobierno espera que la inflación ceda a partir de este mes de abril. Sin embargo, los aumentos programados para abril y mayo, que promediarían en 5,3%, presionarán sobre el índice de precios al consumidor”, señalaron en GMA Capital. Las primeras estimaciones publicadas por el Banco Central arrojaban un consenso entre los economistas que indicaba que la inflación de abril sería 3,4% y la de mayo estaría en torno a 3%. Sin embargo, tras la aceleración de marzo, los privados empiezan a recalibrar sus pronósticos. El Gobierno, por su parte, mantiene la meta de 29% de inflación anual para este año establecida en el Presupuesto y redobla la estrategia de controles de precios. Para los economistas, apela a recetas que ya resultaron ineficaces en el pasado.

 

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