Axel Kicillof acusó a la Ciudad de Buenos Aires de ser el “epicentro” de la segunda ola de COVID-19, asegurando que los porteños recurren a los hospitales de la provincia, porque los de la ciudad están saturados. Horas más tarde, el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires, Fernán Quirós, apuntó contra los dichos de Kicillof. “No se si algún porteño se internó en la provincia. Lo que sí sé, es que el 30% de las camas de la ciudad están ocupadas por pacientes bonaerenses”, dijo el titular de la cartera sanitaria porteña y descartó un colapso en los hospitales de la CABA. “Hay un sub-sector privado que el año pasado, en el momento más difícil de la pandemia, allá por agosto, tuvo 650 pacientes con COVID-19 en terapia intensiva. En este momento estamos con 570 camas. Aún no estamos al nivel de 2020”, aseguró. “La dificultad de este año es que el aumento de casos agarró a los hospitales con las camas de terapia intensiva ocupadas porque estaban resolviendo otras patologías. Tenemos unos días de muchos pacientes que necesitan recuperarse y no han liberado la capacidad que el sistema tiene para atender pacientes con COVID-19. La semana que viene vamos a trabajar con menos tensión”, agregó. Acerca de la decisión de suspender las clases presenciales desde el lunes 19 de abril hasta el viernes 30 de inclusive, Fernán Quirós, al igual que el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, se mostró en desacuerdo con el cierre de las escuelas y pidió al Gobierno que revea la medida. “Hay una abrumadora evidencia científica que cuando la actividad educativa presencial se realiza con protocolos bien diseñados y cumplidos no son una causa de empeoramiento de la curva epidémica”, dijo. Según el titular de la cartera sanitaria, la falta de presencialidad genera un daño importante. “Creemos que es una medida que hay que rever, que hay que volver a discutir, porque la presencialidad es indispensable para los niños, sobre todo para los más vulnerables”, sostuvo el funcionario. Con respecto a las declaraciones del Primer Mandatario, que sostuvo que el sistema de salud se había “relajado”, el titular de la cartera sanitaria porteña dijo que “fue una frase desafortunada”. “Los trabajadores de salud vienen dejando todo lo que tienen. Han sufrido en primera línea las desgracias sanitarias de esta pandemia. Luego de un año durísimo, donde estaban con la necesidad de bajar un poco el estrés y recomponerse, se encuentran con una segunda ola muy dura y acelerada. De manera que hay que ser muy cuidadosos y respetuosos”, apuntó. Acerca de las vacunas y su efectividad, el ministro fue tajante. “La mejor vacuna es la que te aplican. Todas las que están en el país tienen eficacia clínica comprobada”, apuntó y dijo que aún no se había vacunado. “Voy a ser el último”, aseguró.