El concepto que rige el plan del Gobierno para hacer efectivas las nuevas medidas restrictivas contra el avance del coronavirus es “Disuasión”. El Ministerio de Seguridad a cargo de Sabina Frederic, instruyó a las fuerzas de seguridad federales para que ejerzan los controles con especial “paciencia” frente a una población que perciben “irritable” después de más de un año de pandemia. El estado anímico general, es distinto en relación a marzo del 2020, cuando la llegada del COVID-19 era un hecho reciente, novedoso e incierto y, había mayor predisposición al acatamiento a las normas que evitaban la circulación. Hoy, en la Casa Rosada consideran que gran parte de la ciudadanía está “cansada” después de la cuarentena del año pasado y se muestra menos inclinada a acatar las normas sanitarias. Sin embargo, por el incremento de la curva de contagios, que supera hace días los 20 mil casos diarios, consideran inevitable la imposición de nuevas restricciones, y harán lo posible para hacerlas cumplir, aunque con recaudos para evitar situaciones de resistencia a la autoridad y de violencia institucional. Además, se establecerán controles de circulación en los accesos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en las principales ciudades del país. Puentes, peajes y rutas nacionales también serán objetivos de monitoreo estratégico durante los horarios de restricción establecidos entre las 0:00 y las 6:00 de la mañana. Las fuerzas federales estarán abocadas a hacer efectivo el decreto presidencial en todo el país, excepto en la Ciudad de Buenos Aires. Allí solo se aportarán refuerzos de efectivos en los principales accesos, especialmente para evitar el ingreso y egreso después de la medianoche, hasta las 6; y se controlarán las estaciones de trenes ubicadas en territorio porteño. El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta no pidió complementos para la policía local. En tanto, se hará énfasis en la provincia de Buenos Aires. El foco estará puesto en el densamente poblado conurbano bonaerense. Los principales mecanismos serán disuasorios, a través del uso de megáfonos para emitir mensajes de concientización en lugares públicos y de comunicaciones puntuales con ciudadanos que se opongan a las reglas sanitarias. Los controles estarán orientados a desalentar comportamientos ilegales. En trenes y colectivos, los agentes contribuirán a las inspecciones de los certificados de circulación para reducir lo más posible los viajes de personal no esencial y se dedicarán a evitar los amontonamientos en las estaciones, en especial en los momentos de ascenso y descenso de pasajeros de los vagones. El principal problema que avizora el Gobierno para las próximas semanas está relacionado con aquellas marchas espontáneas, sin experiencia u organización previa y con cuyos dirigentes los funcionarios de las principales carteras que se ocupan desactivar los reclamos no tienen una relación fluida.
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