La presentación de la lista que lleva al diputado nacional Máximo Kirchner como candidato a presidente del PJ bonaerense, movió el tablero político provincial. Para amainar tensiones, Kirchner y quienes llevaron las negociaciones, acordaron la creación de una comisión de acción política. El ámbito, que suele ser una herramienta a mano, fue más un gesto de contención que otra cosa. Al frente del trabajo de la comisión estaría el intendente de Tigre, Julio Zamora, quien también logró incluir a su esposa, Gisela Centomo como consejera por la Primera sección electoral. Fuentes partidarias dicen que el armado expresa la unidad que empezó a consolidarse en la elección 2017. Claro que en esa elección, la casi totalidad de quienes hoy ocupan candidaturas para las consejerías, fueron a los comicios bajo el sello de Unidad Ciudadana. En aquella compulsa de medio término, el sello del PJ quedó para Florencio Randazzo, que obtuvo un magro resultado electoral. Entonces, la candidatura de Kirchner vuelve a poner al PJ en el centro de la escena para que el partido del gobierno tenga control y se convierta en columna vertebral del Frente de Todos. “Ahora se vienen unas elecciones y es importante que el Partido Justicialista bonaerense, una herramienta de la democracia, esté revalorizado y fortalecido con la participación de varios sectores y la conducción de Máximo Kirchner”, decía el intendente de Hurlingham, el albertista Juan Zabaleta una vez oficializada la lista. La búsqueda es que el armado del PJ sirva para ordenar el espacio oficialista de cara a la confección de listas del Frente de Todos. La negociación en territorio bonaerense será con el Frente Renovador, la fuerza que conduce el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa, que tiene diputados, senadores, intendentes y concejales propios. Hoy Massa y Kirchner son socios políticos. La idea si Kirchner llega a la presidencia es que en los municipios donde gobierna el PJ tradicional, de a poco, ingrese La Cámpora.
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