El director de El juego del calamar, Hwang Dong-hyuk, ofreció nuevos detalles sobre el desenlace de la tercera y última temporada de la exitosa serie surcoreana de Netflix, cuyo final ha dividido opiniones entre los seguidores. En una conferencia con periodistas locales en Seúl, Hwang explicó que el protagonista, Gi-hun (interpretado por Lee Jung-jae), no es un héroe en el sentido tradicional, sino un hombre común que toma una decisión “profundamente heroica” en los momentos finales de la historia. “No es un hombre extraordinario con poderes sobrenaturales. Simplemente tomó la mejor decisión posible para él”, dijo el director. Hwang subrayó que el mensaje de la serie apunta a que los cambios significativos no provienen de unos pocos, sino de los “pequeños actos de personas ordinarias” que, como Gi-hun, pueden construir un mundo mejor desde abajo. La temporada final, que estrenó sus últimos seis episodios, marcó el cierre de la saga de Gi-hun y los cientos de concursantes atrapados en mortales juegos de supervivencia. El estreno encabezó rápidamente el ranking global de la plataforma, aunque las reacciones fueron encontradas. El creador admitió no estar sorprendido por las críticas, recordando que la primera temporada se estrenó sin expectativas, mientras que las siguientes debieron enfrentar “un listón mucho más alto”. Según dijo, algunos fanáticos esperaban desafíos más emocionantes, otros buscaban un comentario social más profundo y varios deseaban explorar mejor a sus personajes favoritos. Hwang también reveló que contempló un final distinto para Gi-hun, pero cambió de rumbo durante la escritura para reforzar el mensaje de responsabilidad colectiva. En ese sentido, hizo un llamado de atención sobre el cambio climático y la inacción de los países ricos y las generaciones mayores, a quienes responsabilizó por mantener el statu quo a expensas de las generaciones futuras. En la historia, la bebé de la concursante número 222 simboliza precisamente esa nueva generación que hereda las consecuencias de la codicia y el egoísmo actuales. Respecto al enigmático personaje del Testaferro, interpretado por Lee Byung-hun, el director lo describió como “profundamente conflictivo”, movido por la tensión entre admirar y despreciar a Gi-hun. Aunque el personaje intentó corromper al protagonista, finalmente fracasó. El Testaferro devuelve las pertenencias de Gi-hun a su hija como un gesto de respeto y hace volar el sitio de los juegos en un acto que cierra su derrota moral. Sin embargo, la historia del Testaferro podría continuar: Hwang y el actor han dejado abierta la posibilidad de una serie derivada, ya que buena parte del pasado del personaje permanece inexplorado. El director aprovechó para desmentir los rumores sobre una versión estadounidense de Squid Game, calificándolos de “infundados”. Por ahora, planea tomarse un descanso para “relajarse, comer bien y recuperar fuerzas”, y se mostró agradecido por el éxito mundial de la producción. “Me ayudó a descubrir quién soy. Hice mucha exploración interior mientras creaba esta serie”, concluyó.
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