La controversia entre Argentina y Venezuela se intensifica luego de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, acusara al gendarme argentino Nahuel Gallo de planear un atentado contra la vicepresidente de Venezuela, Delcy Rodríguez. Esta acusación desató una fuerte respuesta de la ministro de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, quien calificó las declaraciones como “infundadas” y denunció la situación como un atropello diplomático: “Escuchame bien, Maduro: tus mentiras no te van a salvar. Acusar sin pruebas a Nahuel Gallo de un complot ridículo sólo expone la desesperación de tu régimen asesino, que está llegando a su fin”, declaró Bullrich en su cuenta de la red social X. Además, exigió la liberación inmediata del gendarme, añadiendo: “La Argentina no va a tolerar más este atropello. ¡Liberá a Nahuel ya!”. El gendarme argentino se encuentra detenido desde el 8 de diciembre tras ingresar a Venezuela por un paso fronterizo con Colombia. Su detención generó alarma debido a la falta de información sobre su paradero y condiciones de reclusión. Familiares y abogados no han podido comunicarse con él desde su captura. Recientemente, el gobierno venezolano divulgó un breve video donde se observa a Gallo caminando en lo que parece ser un centro de detención, presuntamente la prisión de El Rodeo, cerca de Caracas, aunque no hubo confirmación oficial. Maduro, por su parte, reiteró en un discurso televisado que Gallo viajó a Venezuela con intenciones de atentar contra Rodríguez, desestimando la versión de la familia del gendarme, quienes afirmaron que el viaje era para visitar a su pareja y su hijo. “Ese señor no tiene una familia aquí. Tiene una esposa en Argentina”, aseguró Maduro, y añadió: “Gracias a nuestra inteligencia, logramos frustrar este plan”. El gobierno argentino, liderado por Javier Milei, calificó la detención como un acto de secuestro y denunció que Gallo está siendo utilizado como un rehén político. Además, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió medidas cautelares en favor del gendarme, argumentando que enfrenta una situación de gravedad y urgencia, con riesgo de sufrir daños irreparables bajo custodia del gobierno chavista. La detención de Gallo se convirtió en un punto álgido en las relaciones diplomáticas entre ambos países. Mientras crecen las denuncias internacionales y el llamado a la liberación inmediata, el caso también refleja las tensiones políticas entre el gobierno de Argentina y el régimen de Maduro, dejando en evidencia un conflicto que trasciende lo judicial para convertirse en una disputa de carácter geopolítico.
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