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El Gobierno de Javier Milei, dio un paso clave en su estrategia para revitalizar la economía del país mediante la reglamentación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). A través del decreto 749, publicado en el Boletín Oficial, se formalizó este marco legal y económico que busca atraer grandes inversiones en sectores estratégicos, con el objetivo de incrementar las exportaciones y fortalecer la competitividad de Argentina en el escenario global. El decreto, firmado por Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos, y el ministro de Economía Luis Caputo, subraya la importancia del RIGI como una herramienta esencial para generar “previsibilidad, estabilidad y competitividad” en la economía nacional. Según el texto oficial, el RIGI se enmarca dentro de la política del Estado para impulsar el desarrollo económico, productivo y social del país, permitiendo a Argentina recuperar su posición como proveedor mundial de bienes y servicios de alta calidad. Entre los sectores priorizados por el RIGI se encuentran la forestoindustria, el turismo, la infraestructura, la minería, la tecnología, la siderurgia, la energía, el petróleo y el gas. Estos sectores, según el decreto, enfrentan desafíos significativos que dificultan su desarrollo, como la necesidad de inversiones cuantiosas y los largos plazos para recuperar lo invertido. El RIGI ofrece incentivos fiscales y financieros diseñados para mitigar estos obstáculos y hacer de Argentina un destino atractivo para las grandes inversiones. El decreto también pone énfasis en la necesidad de evitar distorsiones en el mercado y garantizar la transparencia y efectividad del RIGI. Para ello, se establecieron disposiciones reglamentarias claras que definen los requisitos, beneficios y procedimientos para la aplicación del régimen, asegurando que los incentivos contribuyan al bienestar económico general y no perjudiquen la libre competencia. Con la implementación del RIGI, el Gobierno espera no sólo aumentar las exportaciones, sino también promover la creación de empleo y fortalecer la competitividad del país en un contexto global cada vez más desafiante. Este paso se presenta como un intento decidido de atraer inversiones significativas que, de otro modo, podrían no materializarse en la economía argentina.

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