A medida que se reabren las actividades económicas, las líneas de asistencia crediticia para las empresas van perdiendo protagonismo y el consumo de las familias vuelve a impulsar los préstamos prendarios y con tarjeta de crédito. Esa es la historia que cuentan los datos de financiamiento al sector privado durante el primer trimestre. Con los datos de marzo ya cerrados, se observa que durante los primeros tres meses del año el saldo nominal promedio del crédito a empresas apenas se movió. Los préstamos vía adelantos sumaron 0,7% a su stock y aquellos realizados por descuento de documentos (como cheques y pagarés) subieron 1,7%. En cambio, la financiación a las familias mostró mayores avances. El stock promedio de créditos prendarios avanzó 16,5% nominal en el primer trimestre mientras que las financiaciones con tarjetas sumaron 9,3% a su stock y las líneas personales avanzaron 8,3% en el mismo período. Si se tiene en cuenta la inflación acumulada en los primeros tres meses del año, que sería de aproximadamente 12%, se observa que sólo los préstamos prendarios lograron un crecimiento superior al de los precios. Hacia adelante, la consultora LCG anticipó que el financiamiento a empresas y al consumo continuarán con un bajo dinamismo. “La posibilidad de nuevos confinamientos estrictos podría traccionar positivamente a partir de mayores necesidades de crédito, pero no esperamos un repunte similar al de 2020, cuando el punto de partida inicial era inferior”, indicó en un reporte. De acuerdo a los datos publicados por el Banco Central (BCRA) los préstamos al sector privado se contrajeron 1,6% en términos reales y sin estacionalidad durante marzo. Según indicó el organismo, la ralentización del crédito ocurrió en un contexto de paulatina recuperación de la actividad económica que hizo bajar la demanda de las líneas de crédito subsidiadas que se crearon en el contexto del aislamiento más estricto.
Compartir