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El Gobierno argentino intentó suavizar la tensión con el papa Francisco luego de sus duras críticas al protocolo antipiquetes y al uso de gas pimienta contra manifestantes durante una marcha en rechazo al veto a la reforma jubilatoria. Manuel Adorni, vocero presidencial, sostuvo que “respetamos su opinión, pero no la compartimos”, en referencia a los comentarios del pontífice. Adorni, al ser consultado sobre las declaraciones del papa durante un encuentro con líderes de movimientos sociales, entre ellos Juan Grabois, reiteró que “es la opinión del papa Francisco, la que escuchamos, respetamos y hasta reflexionamos sobre lo que dice, pero no tenemos por qué compartir la visión que tiene sobre algunas cuestiones”. A su vez, remarcó que el respeto hacia el sumo pontífice es “total”. Respecto a una anécdota mencionada por Francisco en la que un empresario habría denunciado que un ministro le pidió una coima, Adorni aclaró que no se especificó si el hecho ocurrió en la gestión actual o en una anterior. “Si la Justicia considera que hay que investigar, lo hará”, afirmó el vocero. Más temprano, el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, también se refirió a los dichos del papa. “Para opinar de estas cosas uno tiene que estar acá, entender lo que está pasando, tener en cuenta todas las variables en juego y no hacer un reduccionismo de un hecho o escuchar una sola campana”, señaló Macri en respuesta a las críticas. Las declaraciones del papa Francisco tuvieron lugar durante un evento en el Vaticano para conmemorar los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares. En su discurso, el pontífice criticó el accionar policial en la reciente manifestación de agrupaciones políticas y jubilados frente al Congreso, afirmando: “El Gobierno en vez de pagar la justicia social, pagó el gas pimienta”. El papa se mostró conmovido tras ver imágenes de la represión: “Me hicieron ver una represión de hace una semana, menos quizás. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle y la Policía la rechazaba con gas pimienta de primera calidad”. Francisco lamentó que no se respetara el derecho a reclamar: “En vez de pagar justicia social, pagaron el gas pimienta. Les convenía”, ironizó. Durante el evento, el papa también alertó sobre las consecuencias del silencio frente a la injusticia, advirtiendo que esto “abre paso a la división social, la violencia verbal y física, y eventualmente, a la guerra de todos contra todos”.

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