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Un día después de evitar la aplicación de aranceles del 25% impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump, la presidente de México, Claudia Sheinbaum, anunció el despliegue de 10.000 militares en la frontera con Estados Unidos para frenar el tráfico de drogas, en especial de fentanilo. El despliegue es la medida central del acuerdo alcanzado entre Sheinbaum y Trump, que aplaza por 30 días la aplicación de los gravámenes. Un pacto similar fue establecido entre la Casa Blanca y el gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Durante su conferencia matutina, Sheinbaum confirmó que el operativo ya está en marcha y que los militares y efectivos de la Guardia Nacional comenzaron a movilizarse hacia ciudades clave como Tijuana y Matamoros. “Ya se empezaron a enviar los militares. El plan lo hizo el secretario general de Defensa con su equipo”, detalló la mandataria. El refuerzo militar busca contener el tráfico de drogas y la crisis migratoria que afecta la región. Sin embargo, los expertos advierten que estas medidas son resultado de la presión ejercida por el gobierno estadounidense sobre el gobierno mexicano. “La suspensión temporal de estos aranceles representa un triunfo diplomático para Sheinbaum, pero también refleja las exigencias de Trump para endurecer la seguridad fronteriza”, señaló Rafael Prieto Curial, investigador del Centro de Ciencias de la Complejidad en Viena. La frontera entre ambos países sigue siendo una de las zonas más violentas de la región. El pasado lunes, las autoridades hallaron los cuerpos de siete hombres en San Luis Río Colorado, cerca del límite con Arizona, un reflejo de la escalada de violencia vinculada al crimen organizado.

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