El presidente argentino Javier Milei logró una fotografía junto a Donald Trump, en la mansión de Mar-a-Lago, Florida. El encuentro, organizado por un think tank republicano conservador, no sólo fortaleció los lazos entre ambos líderes, sino que marcó un paso clave en la estrategia de Milei para alinear a Argentina con el sector más conservador de la política estadounidense. Según fuentes de la comitiva argentina, la reunión superó las expectativas iniciales, con múltiples gestos y fotografías que reflejaron la cercanía entre los dos mandatarios. Milei fue el único líder extranjero invitado al evento, que reunió a figuras destacadas del Partido Republicano, donantes de campaña, lobbistas y asesores políticos de Washington. Milei fue uno de los oradores de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), junto al presidente electo de EE.UU., JD Vance, su vicepresidente Elon Musk y el propio Trump. Este espacio privilegiado refuerza la posición internacional del mandatario argentino como un referente del conservadurismo en América Latina. El encuentro en Mar-a-Lago reafirma la visión de Milei de un acercamiento total a los Estados Unidos de Trump, en lo que describe como una “batalla cultural” contra la izquierda y el progresismo. Este posicionamiento busca consolidar un eje conservador global con Trump en América del Norte, Nayib Bukele en Centroamérica y el propio Milei en América del Sur. En Europa, esta estrategia encuentra eco en líderes como Viktor Orbán (Hungría), Giorgia Meloni (Italia) y Santiago Abascal (España). Según allegados al presidente argentino, estas alianzas son parte de un plan a largo plazo para expandir lo que Milei llama “las ideas de la libertad”. El giro conservador también se refleja en las recientes decisiones de Argentina en organismos internacionales. Entre ellas, destacan la retirada de la delegación argentina de la COP29 en Azerbaiyán, el voto en contra de una resolución de la ONU sobre la violencia contra las mujeres y el rechazo al derecho a la autodeterminación de Palestina, en contraste con la postura histórica del país. Estas iniciativas subrayan el realineamiento geopolítico impulsado por Milei, que busca posicionar a Argentina como un aliado incondicional de las políticas de la administración Trump y su entorno.
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