El Gobierno argentino puso en marcha un plan de contingencia que incluye la posibilidad de cerrar Aerolíneas Argentinas e Intercargo, en caso de que no haya avances significativos en las negociaciones con los gremios del sector aeronáutico. Fuentes de la Casa Rosada confirmaron que, de no mediar un acuerdo, el Ejecutivo procederá a liquidar activos de ambas empresas, incluyendo aviones, inmuebles y material de servicio en tierra. Los sindicatos de pilotos, aeronavegantes y personal de rampa deberán presentar un plan para garantizar el funcionamiento sin conflictos de las empresas. El Gobierno determinará los pasos a seguir luego de las reuniones que mantendrá con los representantes gremiales. La administración nacional se mostró dispuesta a aplicar el procedimiento preventivo de crisis, medida que fue anunciada tras la reciente asamblea que paralizó Aeroparque y el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Según un funcionario, si no se alcanza un entendimiento que satisfaga al presidente Javier Milei, “las empresas se van a cerrar”. Las negociaciones con empresas privadas para reemplazar a Aerolíneas Argentinas e Intercargo avanzan rápidamente. El Ejecutivo ya habilitó que aviones matriculados en el extranjero puedan operar en vuelos locales, con tripulación extranjera, a través del decreto 844/24. Asimismo, hay conversaciones en curso con aerolíneas internacionales como Avianca, Air Europa y Arajet para que puedan operar rutas que hasta ahora eran exclusivas de Aerolíneas Argentinas. Además, la reforma en curso incluye una derogación del decreto 778/2021, que establece los límites de horas de vuelo y descanso para los pilotos. La iniciativa es parte de un plan integral de desregulación en el sector aerocomercial impulsado por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, en conjunto con el secretario de Transporte, Franco Mogetta, y el subsecretario de Transporte Aéreo, Hernán Gómez. Entre las medidas adicionales se destacan la eliminación de la audiencia pública para la asignación de rutas, un nuevo régimen de autorizaciones y cambios en el registro de aeronaves y contratos. Este conjunto de reformas tiene el objetivo de abrir el mercado aerocomercial argentino a la inversión extranjera y asegurar que las operaciones continúen de manera fluida, aun en caso de que Aerolíneas Argentinas e Intercargo dejen de operar. Sin embargo, desde los gremios se muestran reacios a las propuestas del Ejecutivo, que consideran una amenaza directa al empleo y las condiciones laborales de los trabajadores del sector.
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