El riesgo país argentino volvió a dispararse llegando a los 829 puntos básicos, su nivel más alto desde mediados de abril. El salto diario de 8,1% colocó al país como el segundo más riesgoso de América Latina, apenas por debajo de Bolivia (1193) y por encima de Ecuador (759), según datos de JP Morgan Chase. El repunte borra casi por completo la mejora que había mostrado el indicador tras la liberación parcial del cepo cambiario para personas físicas y el acuerdo de refinanciamiento con el FMI por 20.000 millones de dólares, anunciados el 14 de abril. En ese entonces, el riesgo país había retrocedido a 896 puntos desde un máximo de 978, y en mayo había caído hasta 655. Sin embargo, la tendencia se revirtió en las últimas semanas. El deterioro se da en medio de un clima creciente de incertidumbre. Los bonos soberanos en dólares cayeron en promedio 3,4% y acumularon cuatro ruedas consecutivas a la baja. A esto se sumó la publicación del Índice de Confianza en el Gobierno (ICG) de la Universidad Torcuato Di Tella, que mostró una caída de 13,6% en agosto, marcando el peor registro desde el inicio de la gestión de Javier Milei. La pérdida de apoyo fue especialmente fuerte en el Conurbano bonaerense (-23,3%) y en la Ciudad de Buenos Aires (-28,2%), dos distritos clave para la gobernabilidad. La coyuntura se vio aún más sacudida por los audios filtrados de Diego Spagnuolo, exdirector de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), quien denunció presuntas coimas en altos niveles del Gobierno. El escándalo no sólo generó repercusiones políticas, sino que también encendió alertas en los mercados, que perciben un horizonte cada vez más incierto. Con un riesgo país elevado, el costo de financiamiento internacional se vuelve más caro y se aleja la posibilidad de que el Tesoro acceda a crédito para cubrir los vencimientos de deuda en moneda extranjera previstos para 2026.
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