La Casa Rosada estableció que para las PASO el Gobierno destinará un total de $168.000.000 para la categoría de diputados nacionales y de $50.000.000 para la de senadores. Los montos se destinarán a los partidos políticos para que estos lleven adelante sus respectivas campañas propagandísticas. La medida lleva la firma del ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro y allí se detallan los fondos que tienen disponibles los partidos que están autorizados a competir en ambas etapas de los comicios legislativos. El dinero se distribuirá entre los espacios para que puedan afrontar la campaña rumbo a las elecciones generales. Según consta en la Dirección Nacional Electoral, un 20% del total se distribuye en forma igualitaria entre todos los partidos reconocidos mientras que el 80 por ciento restante en forma proporcional a la cantidad de votos que el partido hubiera obtenido en la última elección de diputados nacionales. Justamente este organismo es el encargado de “efectivizar las sanciones que la Justicia Nacional Electoral imponga a las agrupaciones”. La DINE tiene la tarea de informar a la Dirección General de Administración “el monto de los aportes y la nómina de Partidos Políticos y Alianzas a favor de las cuales deberán efectuarse las liquidaciones”. La batalla electoral que tendrá lugar en tan sólo meses, esconde objetivos bien concretos para el oficialismo y la oposición. Es que mientras el Gobierno intentará sumar más bancas en la Cámara de Diputados para intentar acercarse al quórum, la oposición aspira a tener más nombres propios en el Senado, donde Cristina Fernández apuesta a conservar la mayoría que permite que los proyectos oficiales avancen sin escollos. El escenario plantea incertidumbre para ambos bandos. El ritmo de la campaña de vacunación y la economía serán factores claves que podrían inclinar la balanza para un lado o para el otro. En Diputados se vencen 127 de las 257 bancas y Juntos por el Cambio es el espacio que más lugares arriesga en la elección: 60 de los 115 que posee. Dentro del bloque, la UCR pone en juego 27; el PRO 26 y la Coalición Cívica 7. El radicalismo es, entonces, el que más podría perder dentro de esta fuerza. Se estima que para renovar la mayoría de estos espacios, deberían obtener más del 60% de los votos, un escenario que no asoma factible. El Frente de Todos tiene un bloque de 119 diputados y renueva unos 51 lugares. Para alcanzar el número que quiere, debería sumar 10 legisladores y de esa forma trepar a 129 representantes, lo que le posibilitará no depender de las negociaciones con la oposición y otros espacios para aprobar sus iniciativas. En Juntos por el Cambio diagraman las estrategias de una campaña en la que atacarán por la falta de vacunas y el contexto económico: el objetivo es no perder bancas en Diputados y sumar algún escaño en el Senado. El Frente de Todos tiene 41 senadores por lo que le sobra para tener quórum (37) pero pone en juego 15 lugares. Si bien las estimaciones dan cuenta de que conservaría un número similar al actual no se descarta que pueda llegar a perder algún representante.
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