Vladimir Putin aseguró su victoria en las elecciones presidenciales de Rusia con el 87.9% de los votos, según cifras oficiales de la Comisión Electoral Central (CEC). Con este resultado, está listo para marcar un hito histórico al convertirse en el líder ruso con el mandato más largo en 200 años (asumió en 1999), superando incluso a Josef Stalin. El segundo lugar lo ocupó Nikolái Jaritónov, del partido comunista, con el 4.11% de los votos, seguido de cerca por Vladislav Davankov, del partido Gente Nueva, con el 4.01%. En el último lugar se encuentra Leonid Slutski, un ultranacionalista, con el 3.11% de los votos. Aunque las cifras de participación superan el 74%, lo que indica un posible máximo histórico desde las primeras elecciones presidenciales directas en 1991, persisten preocupaciones sobre la equidad del proceso. Las acusaciones de falta de libertad y justicia electoral surgieron, especialmente debido a la represión de la oposición y las limitaciones impuestas a los candidatos alternativos. Las elecciones se llevaron a cabo en medio de la tensión generada por el conflicto en Ucrania, desencadenado por Putin hace dos años. La guerra afectó incluso el día de las elecciones, con ataques ucranianos a refinerías de petróleo en Rusia, lo que provocó una firme respuesta de Putin. A pesar de la ausencia de verdaderos contendientes que desafiaran su poder, Putin buscaba demostrar un apoyo abrumador del pueblo ruso. Las cifras de participación, que superaron el 74%, fueron vistas como un respaldo a su liderazgo. Sin embargo, hubo manifestaciones de disconformidad lideradas por partidarios del difunto Alexei Navalny, quienes lo acusaron de ser un “autócrata corrupto”. Aunque no hubo un recuento independiente, se informó de protestas en varios puntos del país, con una respuesta de seguridad considerable por parte del gobierno.
Compartir