El impacto del “efecto Milei” ya se siente en varios aspectos de la realidad argentina. La victoria del líder libertario en las elecciones presidenciales del 19 de noviembre generó incertidumbre entre gobernadores y empresarios sobre el escenario post 10 de diciembre. Anticipándose a posibles dificultades financieras debido al fin de la coparticipación y la paralización de la obra pública, el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, propuso un proyecto de ley para endeudarse por 150 millones de dólares. Sin embargo, la discusión en el Senado provincial se vio obstaculizada por disputas económicas y tensiones políticas, incluida la postura del PRO y la situación de cogobierno con La Libertad Avanza. Los intendentes, de diversas filiaciones partidarias, están preocupados por la posible interrupción de la obra pública, ya que los municipios dependen del apoyo de la Nación o la provincia. En la UCR, algunos alcaldes radicales expresan su descontento y buscan que la conducción provincial del partido emita un comunicado oficial al respecto. Se realizó una reunión en La Plata para discutir el desencuentro en las negociaciones sobre el endeudamiento, y se destacó la necesidad de coordinación para abordar temas como el Presupuesto y la impositiva. Aunque hubo avances en las negociaciones, el contexto político no favoreció la obtención de un acuerdo. Los radicales expresan su determinación de ser oposición a nivel provincial y nacional, dejando abierta la posibilidad de reconfiguración en el futuro.
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