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En la antesala de las próximas elecciones generales de octubre, la provincia de Buenos Aires continúa siendo el foco para las ambiciones electorales del kirchnerismo, a partir de este dato, Axel Kicillof delineó una agenda multifacética con el objetivo de mostrar una gestión efectiva y fomentar lazos más estrechos con los intendentes locales para fortalecer la candidatura de Sergio Massa. Tras un breve receso motivado por el aumento de ataques a negocios la semana pasada, Kicillof retomó sus recorridos por el territorio provincial. Más allá de impulsar al ministro de Economía hacia el sillón presidencial, la sincronización de Kicillof con la campaña nacional subraya un imperativo adicional: los posibles desafíos que la administración de Buenos Aires podría enfrentar para lograr la reelección sin el respaldo protector del movimiento peronista nacional. Esencialmente, esto alude a la idea de que Kicillof gestionaría la provincia durante los próximos cuatro años mientras se enfrenta a figuras como Javier Milei o Patricia Bullrich al frente del gobierno nacional. Durante un evento en La Plata, Kicillof afirmó enfáticamente: “Debemos decidir la dirección de nuestro país. Cuando hablan de recortes, están hablando de eliminar derechos, viviendas, atención médica y educación pública. Cuando dicen ‘todo o nada’, es porque algunos quieren llevarse todo y dejar al pueblo sin nada”. Aprovechando la polarización que arrojó resultados favorables en las PASO, Kicillof adoptó la estrategia respaldada por una serie de inauguraciones de infraestructura y la distribución de recursos esenciales. Kicillof convocó a intendentes peronistas claves para el triunfo electoral oficialista, para trazar un camino centrado en la participación de base. En esta reunión, emergió el plan de contrastar los “derechos” obtenidos con las propuestas del “liderazgo de derecha”, caracterizado por su tendencia a desmantelar derechos conquistados con esfuerzo. Kicillof y su círculo interno reconocen que esta segunda fase de la campaña, con Unión por la Patria en tercer lugar en las primarias presidenciales, presenta sus desafíos. Aunque mantienen la fe en la reelección y una victoria que podría depender de un solo voto, la estrategia también implica neutralizar a sus oponentes, Néstor Grindetti de Juntos y Carolina Píparo de La Libertad Avanza. Por lo tanto, el plan implica exhibir alianzas con intendentes en municipios gobernados por el peronismo y aliarse con candidatos afines en distritos controlados por la oposición.

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