Alberto Fernández se reunirá con representantes del Grupo de los Seis de la CGT y de la CTA oficialista, para escenificar el respaldo de ambos sectores al Gobierno en la recta final de la renegociación de la deuda. La idea de los empresarios y sindicalistas, de todas formas, es aprovechar la oportunidad para insistir ante el primer mandatario en empezar a definir la agenda de la post pandemia y debatir medidas concretas para reactivar la economía. La curiosidad es que el Gobierno invitó a un solo dirigente por entidad para garantizar la distancia social y evitar los contagios. Así, concurrirán a Olivos los titulares de la Unión Industrial Argentina (UIA), la Cámara Argentina de Comercio (CAC), la Cámara de la Construcción (CAMARCO), la Sociedad Rural, la Asociación de Bancos Argentinos (ABA) y la Bolsa de Comercio. Por el sindicalismo irán el cotitular de la CGT Héctor Daer, y el secretario general de la CTA oficialista, Hugo Yasky, diputado del Frente de Todos. No fue invitado, en cambio, el titular de la CTA Autónoma, Ricardo Peidró, de perfil combativo. Fernández hablará también del postergado Consejo Económico y Social, cuyo lanzamiento anunció el día que asumió y que reiteró hace un mes a los empresarios y a los sindicalistas. En realidad, la intención oficial es avanzar con el Consejo, que será creado por una ley, cuando se haya levantado la cuarentena y empiece a haber signos de estabilidad económica.
Alberto Fernández anticipó ayer a los gobernadores, un paquete de medidas que incluye la extensión del IFE para todo el país, un nuevo giro de fondos y la ayuda en la negociación de la deuda en dólares que tienen las provincias. La duda es sobre los anuncios que están esperando ansiosamente los empresarios y los sindicalistas que se reunirán con él: si seguirá o no la cuarentena rígida en el AMBA después del 17 de julio. Dicen que insistirá en que todavía faltan datos clave en materia de expansión del COVID-19 como para anticipar cualquier resolución al respecto. Sin embargo, los miembros del Grupo de los Seis y de la CGT buscarán reforzar sus argumentos en favor de que se flexibilice el aislamiento para permitir una gradual normalización de las tareas y evitar que se profundice la crisis económica porque, además de los perjuicios de mantener la cuarentena para la actividad productiva y el comercio, el Gobierno redujo desde junio la ayuda para pagar la mitad de los sueldos de las empresas que están en crisis a través del programa ATP.